miércoles, 1 de noviembre de 2017



QUE SE VAYAN DE UNA VEZ


 Yo no sé... A mí nadie me lo quita de la cabeza... Yo creo, me da... que a Puigdemont le han contratado y pagado por hacer el numerito, por montar el circo que ha montado... Porque este elemento, está claro, que no lo ha hecho por la causa, por la independencia; porque cuando uno encabeza una causa y cree firmemente en ella, con sentimiento, no sólo no la defiende con valor sino que va hasta el final con todas sus consecuencias. Y este elemento con toldo como flequillo, a mí nadie me lo quita de la cabeza, que le han dado el esquema a seguir y ha cobrado por ello. Esto es un suponer... 
Mariano de la Moncloa, otro personaje. Mariano domina como nadie el arte de la trinchera, se acurruca en ella y no hay quien lo saque. Yo lo comprendo porque soy también de estrategias de trinchera, me gusta la labor de trinchera; pero claro... El enemigo sigue ahí y tarde o temprano estallará la ofensiva.  Mariano desde la trinchera veía al enemigo bailando la sardana, haciendo castellers... y lo menospreciaba. Pero el enemigo lo estaba distrayendo porque el frente estaba en otra parte y Mariano sin enterarse. Y es que Mariano no es un hombre con casta, con coraje. Porque de haberlo tenido a la primera de cambio habría salido de la trinchera para convertirse en enemigo a las puertas. A mí esta táctica me encanta, eso de confiarse al enemigo para salir de la trinchera y convertirte en enemigo a las puertas dejándolo en fuera de juego... me encanta. Y eso debería haber hecho Mariano, porque no era difícil, era cuestión de inteligencia y valor, de coraje. Y lo tenía fácil porque el enemigo no pisaba firme y lo podía haber dejado en fuera de juego a la primera de cambio. 

     Yo tengo una escala de valores que aplico, a mi manera, a la condición humana. No voy a detallar el repertorio de etiquetas que aplico al personal; pero pondré algún ejemplo. Hay tipos que dan un paso impulsándose adelante para acto seguido recular, a esos tipos yo los denomino “mariconas”. Son personajes que no culminan nada, que empiezan y no rematan, gente frustrada al no poder rematar la faena. En general suelen ser hombres de paja, sin principios, que no dudarán en traicionar a los suyos para salir libres de polvo y paja. ¿A qué viene esto? ¡Ah, sí...! Puigdemont. Mariano Rajoy lo tenía muy bien para haberlo puesto contra las cuerdas, a este perfil de maricona es fácil quitarlo de en medio por la sencilla razón de que tiene miedo y es fácil vencer al enemigo cuando tiene miedo. Y que quede claro que esto no tiene nada que ver con la homosexualidad, ni tampoco lo considero un insulto. Me estoy refiriendo a un comportamiento que yo etiqueto así. También podría denominarlo como un hombre suave o con una personalidad indefinida.
Puigdemont. Sólo hay que ver el teatro que montó en Barcelona para declarar la República Catalana, una especie de sainete a lo Bienvenido Mister Marshall. Allí acudieron los payeses con tractores para asistir a un hecho histórico y se encontraron con una bufonada de primera regional. Supongo que no les faltaría un bocado de butifarra que llevarse a la boca y un sorbo de vino del Penedés para pasar el trago. Cuando ese President con peluca retrasó durante una hora la sesión del Parlament, supuse que a ese Beatle trasnochado se le había soltado el vientre ante la que se le venía encima. Por lo visto alguno debió advertirle y vio como única salida la taza del retrete, lugar de máximo alivio y reflexión en los casos de urgencia. La Forcadell actuó como una gran sacerdotisa en medio del desconcierto. A lo que voy, personajes así son fáciles de quitarlos de en medio. Pero claro para quitarlos de en medio hay que adelantarse a la jugada.
También tengo otra etiqueta... de las mías... el hombre compresa, ese que no se mueve, que no traspasa... Lambán... Con la que ha caído y está cayendo, con la razón y la justicia de nuestra parte, pues eso, los bienes de Sijena siguen en Cataluña. Yo, que creo en la causa, si  fuese el presidente Javier, estaría durmiendo en la puerta del museo hasta que me los hubiesen devuelto, o mejor, me hubiese declarado en huelga de hambre en la puerta del obispado de Lérida. Eso sería ir hasta el final, eso sería luchar sin violencia, creer en una causa y defenderla hasta extenuación.
En fin... tenemos una clase política muy miedosa, estamos en unas manos... con unos dirigentes de gaseosa. Y si los catalanes quieren declarar la República Catalana, por mí, que se vayan... Así nos tocará a más. Eso sí, que se vayan pero con muro. Porque ya veo el segundo paso, anexionarse Fraga.
       Y a mí nadie me quita de la cabeza que a Puigdemont le han dado dinero para hacer lo que ha hecho, porque Puigdemont tiene de independentista lo que yo de astronauta. Si fuera independentista y creyera en la causa, a estas horas no estaría en Bélgica.


2 comentarios:

  1. Son independentistas e insolidarios, lo quieren todo para ellos y aprovecharse de lo de los demás.

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  2. Puigdemont, el auténtico representante de Cataluña: declara la independencia y huye.
    Je je

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