lunes, 24 de agosto de 2015



CRÓNICA GERMANA
POR AZULENCA


Hermes de Praxiteles /Museo Arqueológico de Olimpia)
¡Por fin, Ángela tiene lo que quería! Grecia ya es una colonia alemana, una nueva forma de reconquista. Y es que este chico, Alexis Tsipras –con estilismo de cacique paleto tipo años 40- no tenía un plan; es más, pensaba que con intimidar a la lechera germana Ángela sería suficiente. Finalmente, tal y como era previsible, Alexis se ha tenido que arrodillar y dimitir. Y es que el otro socio que se echó para negociar con la U.E, Varufakis, no servía para una misión así. A Varufakis lo encajo más como modelo de Gaultier: con un jersey bretón o bien luciendo un traje marinero y no precisamente de primera comunión. La Merkel -como dije en mi crónica anterior, tiene pinta de gustarle el yogur griego- ya se ha hecho con los aeropuertos de las islas más importantes, tras los aeropuertos vendrán los hoteles y todo lo demás. No, estos chicos no servían para sacar a Grecia de la ruina y Grecia es ya una ruina más entre sus ruinas. Y es que esta pandilleta de Syriza pensaba que la negociación con la U.E era como una partida de póker, un pensamiento poco serio; presumían de ser griegos y se sentían orgullosos, pero no se daban cuentan que sus formas eran más otomanas que griegas. Yo creo que la mayéutica socrática (dar a luz el conocimiento) les hubiese ido mejor… Y es que Sócrates era un tío muy “enrrollao” que nunca escribió nada, pero se le daba bien pegar la hebra con cualquiera cuando campaba por el ágora. Supongo que a Ángela también le gustaría tener uno como el de la foto, Hermes de Praxiteles, está en el Museo Arqueológico de Olimpia.  A los alemanes les gusta mucho la antigüedad, de hecho el altar de Zeus de Pérgamo se lo llevaron ellos; bueno, los otomanos llegaron a un acuerdo con los alemanes y lo vendieron. Pues lo mismo a Ángela se le ocurre coleccionar altares de Zeus, de hecho este Hermes pertenece a otro templo de Zeus, sólo que éste está en Grecia. Ya dije en otra de mis Crónicas Griegas, que para saldar la deuda lo mismo les costaba a los griegos el Partenón.
      A Teresa González le tiemblan las piernas al ver lo que les ha pasado a sus colegas griegos. Tere, tú tranquila, que con ese estilismo tuyo y esa gracia… Vete a la Carbonería, siéntate y ponte a dar un recital de flamenco: lo tuyo es el cante. Además ya tienes tu pareja artística: El Kichi.
      Otro tema, las Elecciones Catalanas. No veo yo a Cataluña como nación, ni mucho menos. Se me está ocurriendo… ¿Qué pasaría si Ángela Merkel cambia el yogur griego por la crema catalana? Porque yo creo que Ángela es más de cerveza que de cava, más de codillo que de butifarra y más de chucrut que de calçots. Y es que a Artur Mas le pasa lo mismo que a los griegos: no tiene un plan. 
     Me ha encantado el posado fotográfico de Montoro y Posada con el pendrive de los Presupuestos del Estado 2016, parecían los Niños de San Ildefonso mostrando El Gordo de Navidad. Bueno… lo cierto es que viene a ser un poco lo mismo: El Gordo que nos va a caer a los españoles a lo largo del 2016 en forma de impuestos y recortes. Veo a Cristóbal desmejorado, el elfo económico parece como que no asimila la vitamina D: lo digo por el color de tez blanco bombilla. ¡Ánimo Montoro, que ya te queda poco! En enero estarás ya en tu casa disfrutando de tu jubilación; aunque lo mismo en premio a su desastrosa gestión le dan un puesto de trabajo en alguna empresa energética…
      Rajoy, nuestro presidente Mariano, lleva un verano espléndido. Yo creo que ha descubierto la pulsera antimosquitos y se siente a salvo de los picotazos y esto le aumenta la plétora; esto para un presidente con habones en la ideas le da vidilla en el verano.

martes, 4 de agosto de 2015



De la pasión y la mentira
María Jesús Mayoral Roche



 
Nápoles, 11 de septiembre de 1995

        Caro Fabio:

        Hoy estoy triste, echo algo en falta y no sé… Me siento descolocada, algunas veces me pasa y suele ser cuando me asalta la duda, cuando algo me dice que la vida está pasando y no la siento, cuando pienso que llego tarde, que voy retrasada, que no puedo recuperar el tiempo y el que tengo se me está escapando.
        Sigue leyendo por favor, sé que te amedrenta esta clase de discurso. No te culpo, cuando pienso en voz alta aterrorizo a los de mi alrededor. Parece ser que el abatimiento no se hizo para mí. No te imagino con depresión, me decían mis compañeros de trabajo. Nadie está libre de nada.
        Ayer me llamó por teléfono un gran amigo, un espía que siempre me localiza e irrumpe en mi vida cuando le parece, un hombre que me enseñó a crecer y que se maneja magistralmente en el arte de algo que odio con todas mis fuerzas: la mentira. Reconozco que fue uno de los periodos más interesantes de mis años vividos en Madrid. Le transmití estos mismos pensamientos. Pues bien, curándose en salud, me recomendó que viviera una pasión. No me atreví a desvelarle mi opinión a este respecto, hubiese sido cruel por mi parte. Es curioso que hagan recomendaciones de este tipo los desafortunados en el amor, precisamente él, que consumó su única pasión en plena juventud sin más sentido que el de la inconsciencia: cuando la pasión perdura gracias a la fuerza de la costumbre es que se ha quedado en un recuerdo. Esa es la pasión de mi amigo: un recuerdo, una fotografía.
        Fabio, nadie está dispuesto a vivir su gran pasión, nadie quiere arriesgar: saben que la pasión muere o acaba matando. Sí, reconozco que tú fuiste mi pasión y que fue sublime: cuando conoces lo sublime no te conformas con menos. Nadie me alcanza, ni siquiera pueden seguirme, soy libre. Un águila: así me definiste una vez.
        Me encuentro en uno de esos cruces trascendentales, tengo que seguir adelante con mi novela y ni siquiera sé por dónde empezar. Siendo una vividora me siento morir. Deseo tocar fondo, necesito increparme y decirme: no eres capaz, no lo lograrás. El trance literario siempre se desata en mí de esta forma, a veces resulta doloroso: es algo que crece en el interior y no puedes detener sintiendo que te desborda.
Las ruinas de Pompeya han sido desde que las visité mi gran pasión y ahora me están matando. ¿Comprendes ahora lo de atreverse a vivir una pasión? Llueve, no cesa de llover. Mis amigos se ríen cuando digo que la lluvia ha marcado los momentos más importantes de mi vida, no deja de ser una casualidad. Quizá sea este el momento, ese momento que llevo esperando y hace que me sienta rezagada porque es él el que me está esperando. El tiempo pasa, los pensamientos se suceden y llegaré como sea. No puedo detener nada, no puedo volver atrás: el futuro es lo único que importa, me está esperando. Cuando llego a este punto de no retorno, pienso que sería mejor engañarme, justificarme; sin embargo no puedo, es tal la fuerza que me arrastra a la verdad, que aunque quisiera mentirme no podría, no sabría. La verdad, esa verdad que nadie quiere oír, esa verdad que aleja a los amigos, a los amantes; esa claridad que no contempla el ser humano cuando es arrastrado por la ignorancia y busca consuelo en la infelicidad de los demás hasta llegar a esa conformidad de masa que tanto gusta en estos tiempos. La pasión es la ejecución del sentir de uno mismo, de su verdad más íntima. ¿Comprendes ahora... el miedo de vivir una pasión?
Esta noche, me confortaré repasando mis vivencias y pensaré: todo lo que te rodea es mentira, vive tu verdad. Mañana cuando despierte será un gran día porque seguiré luchando, arañando la vida y dando lo mejor de mí.

        Baci.

De mi libro epistolar “Cuore Ingrato” (Sin publicar).