viernes, 19 de abril de 2013

MIÉRCOLES DE CINE
Por María Jesús Mayoral Roche
 

 
Género: Drama
Director: Christian Petzold
Intérpretes: Jasna Fritzi Bauer, Nina Hoss, Rainer Bock y Ronald Zehrfeld.
Nacionalidad y año de producción: Alemania, 2012
Duración: 105 min.
Fecha de estreno: 05 / 04 / 2013.
Productora: Arte, Zweites Deutsches Fernsehen, Schramm Film Koerner & Weber.
Guionista: Christian Petzold, Harun Farocki.
Fotografía. Hans Fromm.
Distribuidora: Golem.
Música: Stefan Will.
 

El miércoles al cine. Bárbara. Casi dos horas esperando a que pase algo y apenas pasa nada. Alemania Oriental, 1980 o cómo se vivía allí el sueño socialista, hoy reducido a película. Película que relata un episodio de la vida de una médico que pide permiso oficialmente para abandonar el país, esta osadía pone fin a su prometedora carrera; para quitarla de en medio la trasladan a un pequeño, yo diría raquítico, hospital de provincias cercano a las orillas del Báltico. Expresar el deseo de abandonar la Alemania Oriental suponía una existencia marcada, no poder dar un paso sin que los esbirros del régimen persiguieran a los presuntos disidentes, a ser posible hasta la humillación. La protagonista de la historia es una mujer fría que actúa en función de un plan determinado, esto también lo daba el régimen; así como la tristeza y el hastío de vivir en un lugar inhóspito donde todos son espías de todos. Para aliviar el tedio el mejor remedio era la cultura, detalle que deja caer discretamente el director, Christian Petzold. La lectura y la música ayudaban a rellenar una existencia anodina, a distraerse y olvidar que hay otro país al otro lado donde satisfacer los caprichos y deseos: el deseo de poseer un anillo de oro, el capricho de fumar buen tabaco o comer chocolate.

Bárbara es una película en la que apenas pasa nada pero que dice mucho: el ser humano no quiere ser igual al otro, sino que pretende ser superior. Sin embargo el socialismo del Este, aquel socialismo, hizo de algún modo a todos iguales: los sumió en el asco de estar condenados a una pobreza impuesta en beneficio de no sabemos quién. Porque como en todos los regímenes totalitarios los de arriba viven en el lujo y la opulencia, eso sí de puertas adentro. Para los trabajadores de aquel régimen un día era igual a otro, así es fácil caer en el automatismo de hacer las cosas sin emoción porque no hay mayor incentivo: hagas lo que hagas nunca avanzarás. Añadir que el Estado tampoco facilitaba los medios necesarios para los profesionales, en este caso de la medicina.

Bárbara es una película que invita al recuerdo de un tiempo no muy lejano en el que no sólo cayó un muro; sino también una venda, una teoría. Añadir que el director, en mi modesta opinión, ha sabido poner en escena magníficamente esta historia, en la que quizá hubiese resultado muy fácil caer en determinados tópicos o simplemente haber cargado un poco más las tintas. Y lo que da la pantalla en cada escena es el peso existencial.

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